martes, 2 de noviembre de 2010

Gorda, desinflate


Estas ahí sentada como si fuera gratis. Te comés las uñas de pies a cabeza y seguis con el que sigue. Cuándo vas a abandonar tu corona, mover tu cuerpo de morza y comerte una buena vida? Si te viera tu tío, diría que te enchufaron un clefable en el ojete. Diría que el bronceado te quemó los nervios, y que solo reaccionas cuando tu gula lo manda. Sos capas de estar rotundos días cómoda con el control del mundo en la mano, filosofando sobre la metafísica del dedo pulgar y estresándote por el calendario anecdótico. Hay otra cosa ahí. Ahi, donde tu dedo no llega.

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